Escucha activa

La escucha activa es una habilidad fundamental en la comunicación interpersonal que implica prestar atención plena y comprometida a la persona que está hablando. Va más allá de simplemente oír las palabras, involucrando una comprensión profunda de lo que la otra persona está expresando tanto verbalmente como no verbalmente. La escucha activa implica mostrar interés genuino, empatía y respeto hacia el hablante, creando un ambiente de confianza y facilitando una comunicación efectiva.

Al practicar la escucha activa, se adopta una serie de comportamientos y actitudes que fomentan una mejor comprensión y conexión con el hablante. Algunos elementos clave de la escucha activa incluyen:

  1. Prestar atención plena: Centrarse completamente en la persona que habla y evitar distracciones o interrupciones. Mantener contacto visual y evitar distraerse con pensamientos propios o con lo que se va a decir a continuación.
  2. Mostrar interés y empatía: Demostrar un interés genuino en lo que el hablante está comunicando y tratar de comprender su perspectiva. Manifestar empatía hacia sus sentimientos y experiencias, reconociendo y validando sus emociones.
  3. Hacer preguntas clarificadoras: Realizar preguntas abiertas para obtener más información y aclarar cualquier punto que no esté claro. Esto ayuda a profundizar en la comprensión y a demostrar interés por lo que la persona está expresando.
  4. Parafrasear y resumir: Repetir en sus propias palabras lo que el hablante ha dicho para confirmar la comprensión y mostrar que se está prestando atención. Resumir las ideas principales ayuda a mantener el enfoque y a sintetizar la información.
  5. Evitar juicios y críticas: Mantener una actitud no crítica y sin prejuicios hacia el hablante, evitando emitir juicios apresurados o interrumpir con opiniones personales. Escuchar de manera imparcial facilita una comunicación más abierta y efectiva.
  6. Mostrar apoyo verbal y no verbal: Utilizar gestos y expresiones faciales que demuestren interés y comprensión, como asentir con la cabeza, sonreír o mostrar simpatía. Utilizar respuestas verbales adecuadas, como afirmaciones y palabras de aliento, para brindar apoyo emocional.

La práctica de la escucha activa promueve una comunicación más efectiva, fortalece las relaciones interpersonales y fomenta un ambiente de confianza y comprensión mutua. Al escuchar activamente, se valora y respeta la perspectiva del hablante, creando una base sólida para una comunicación abierta y constructiva.

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